El calzado es una de las partes más importantes de nuestro atuendo, por lo que llevar un zapato cómodo y bueno es fundamental. Son de buena calidad si están hechos de piel y llevan una parte de elaboración tradicional. El precio y la marca son dos criterios que nos ayudarán a determinar si un zapato es bueno o no lo es.
¿Cómo conservar en perfecto estado unos zapatos?
• No se debe usar el mismo par de zapatos durante dos días seguidos, sino que hay que dejarlos reposar un mínimo de 24 horas.
• Cuando a causa de la lluvia o la nieve se moje el zapato, se deben introducir rápidamente las hormas en su interior para evitar que se deformen. Luego, habrá que colocarlos de lado y dejar que se sequen durante un día entero.
• Es recomendable cepillar los zapatos después de cada uso. Además, durante el tiempo que no se utilicen conviene aplicar una fina capa de betún y conservarlos en el interior de una caja de cartón con los papeles que traían dentro cuando los compramos o rellenarlos con papel de periódico.
La piel del calzado mal cuidada acaba secándose y resquebrajándose tarde o temprano. Un buen cuidado alargará su vida. Para ello, necesitaremos un cepillo de cerdas de buey, caballo o cerdo que nos ayude a la hora de quitar el barro. También, es muy importante usar un cepillo de aplicación para cada color, para evitar irregularidades en la tonalidad. Con aquellos zapatos de piel o colores combinados también utilizaremos un cepillo para cada color, aunque se puede sustituir por una gamuza.
Otro elemento también importante en nuestro kit de limpieza es el cepillo de abrillantar elaborado con pelo de caballo. Según el número de colores, necesitaremos uno o varios cepillos como nos pasaba a la hora de aplicar la crema. Como sustituto de éste, podemos emplear un trapo blanco. De hecho, en los zapatos con una pala muy delgada (pieza que cubre la suela) conviene usar un paño muy fino para prevenir el desgaste.
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